3 de junio de 2011

Ironía

Siempre tuvo un gran manejo de la ironía, y la utilizaba con frecuencia. Así que a menudo me costaba descifrar lo que quería decirme. Conseguía convertir el reto más fácil en el más difícil. Y es que hablar con ella era una continua investigación de su mapa sentimental, el cual no disponía de indicaciones cardinales ni señales que indicaran mi posición. Por eso, el día que me dijo que me amaba no sabía si responderle con franqueza y sinceridad o mostrar esa reticencia que ella siempre me ocasionaba a la hora de reaccionar.


2 comentarios:

  1. El amor no es bienvenido en la tierra de la ironía.

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  2. No siempre es bueno abusar del sentido de ironía, pues bien por el que lo entiende, pero el que no, termina entendiendo exactamente lo contrario a lo que quieres decir.
    Me ha pasado demasiadas veces, soy muy irónica.
    Pero muchas veces es la misma ironía una pantalla para ocultar la dificultad de expresar sentimientos verdaderos.
    Me ha encantado tu entrada.
    Beesos.

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