28 de marzo de 2011

Yo también podría enseñarte cosas maravillosas.

Era la excusa perfecta, a ella se le daba muy mal la química y él tenía un pequeño don para la asignatura. Habían pasado tres horas, y lo único que ella se había aprendido de memoria era la forma en la que él se mojaba los labios antes de hablar, la gracilidad con la que marcaba los números en la calculadora y la naturalidad con la que se quitaba las gafas y presionaba las pequeñas marcas que éstas habían dejado tras un buen rato de estudio. Las luces de la biblioteca estaban comenzando a apagarse, y ella a ponerse nerviosa. Se le estaba agotando el tiempo. Sin pensarlo y de una forma rápida y haciendo tropezar unas sílabas con otras soltó:
-¿Sabesqueportidaríalavida,miamor?
Con el rostro casi inexpresivo, solo con un pequeño matiz de aburrimiento, él respondió:
-¿Perdón?
-Esto... solo decía... que ¿cuántos gramos me has dicho que había en un mol?


27 de marzo de 2011

Siempre llego a la deshora que me marca el corazón.

Habían pasado cinco minutos desde las en punto. Perdí la cuenta de las vueltas que le había dado al anillo, de las veces que había perfeccionado mi peinado y retocado el maquillaje. El tacón daba contra el suelo, quizás al ritmo que marcaba mi corazón, al principio lento y al final vertiginosamente. No podía parar de sonreír, y de emocionarme. Cada vez que pensaba que estaba a punto de llegar, mi garganta se estrechaba, se anudaba, impidiendo el paso de cualquier palabra, dejando tan solo brotar un pequeño gemido de emoción acompañado de una entusiasmada sonrisa.
Pasaron diez minutos, quince, veinte... La emoción se convirtió en desesperación, el móvil en mi única visión. Salía a la puerta, entraba. Treinta minutos. Cogí el bolso y salí a la calle.
No estaba triste, solo un poco indignada. Pensaba en todas las excusas posibles que tendría y en como iba a responderle a cada una de ellas. ¿Qué estaríamos haciendo en ese momento? ¿Cenar juntos? ¿Bailar? ¿Pasear? Y mientras me desmoronaba emocionalmente, sentada en el balancín de un parque, vi pasar un joven agarrado de la mano de una mujer mayor. Él era completamente feliz, saltó desde un banco y cantó, siempre de la mano de ella. Era difícil adivinar su edad, pues sus rasgos algo deformados por el Síndrome de Down lo hacían muy difícil. Sonreía, parecía tan feliz. De repente me sentí estúpida, lamentándome por algo que aún tenía arreglo, por problemas que padecen millones de adolescentes en el mundo. Me levanté y fui con él, supongo que a perdonarlo. No recuerdo lo que pasó después.



24 de marzo de 2011

Llegó el acto final, todo lo que había vivido se había resumido en tres opciones:
Vivir con ella.
Vivir sin ella.
Vivir.

Él eligió vivir, sin más.

20 de marzo de 2011

Amor improbable.

La Real Academia Española define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente.
Puestos a escoger a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo, supongo.
La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica.
Que la vida diera lugar era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió. Que los Barón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Féderer. Una periodista convertida en princesa. El doce-uno contra Malta.
El amor, las relaciones, los sentimientos no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable, lo que es casi seguro que no pase es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad, entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.


Para Elena.

"Los hombres de Paco"

17 de marzo de 2011

Solo necesito a una.

En este momento hay seis mil cuatrocientos setenta millones, ochocientos dieciocho mil, seiscientos setenta y un habitantes en el mundo. Algunos huyen asustados. Otros vuelven a casa. Algunos cuentan mentiras para poder sobrevivir. Otros se enfrentan a la verdad. Algunos son hombres malos en guerra contra el bien. Y algunos son buenos, y luchan contra el mal. Seis mil millones de personas en el mundo. Seis mil millones de almas. Y a veces, sólo necesitas a una...


"One tree hill"

16 de marzo de 2011

Tú sabes.

Lo sabe todo. Sabe cuándo y dónde. Sabe como empezar, como envolverte, sabe como atraerte, como mentirte, sabe decirte cosas, sabe si tiene que llamar, sabe si tiene que aparecer, sabe cuando decir sí, sabe como decir no, sabe hacer que te sientas mal, sabe hacer que te sientas bien, sabe como decirte que te quiere y como hacer para que lo sientas, sabe como hacer que vivas en sus manos y que no pienses en nada más, sabe como hacer que todas las canciones te recuerden a él, sabe como abrazarte, como disculparse, sabe como reírse, sabe si es el momento o no, pero existe un pequeño problema él no sabe enseñarte cómo olvidarte de él.



15 de marzo de 2011

¿Acaso no es ella hermosa?

No tiene los ojos más bonitos, son oscuros y usuales, pero cuando brillan se muestran hermosos y divertidos. Iluminan todo a su alrededor.
Su pelo no resalta entre la multitud, no es rubio ni lleva un peinado de moda, pero sus rizos desiguales al caer embellecen sus hombros e idealizan su rostro ovalado.
Sus dientes no son los mejores pero están alineados y cuidados. Su sonrisa hace juego con el destello de sus ojos. No es perfecta, pero contagia su alegría cuando la muestra.
No lleva ropa ajustada ni provocativa, pero no le hace falta. Se ve elegante con ropa holgada o con blusas de chico. Y no es la ropa más linda, pero la adorna y ensalza.

Y me pregunto, entonces, ¿qué es lo que me da miedo de ella? ¿su facilidad de expresión? ¿la manera en la que me mira? ¿su libertad de opinión? ¿la facilidad con la asume? ¿la precisión para recordar? ¿el grado de sus sentimientos?
o quizás... lo mucho que me ama.



4 de marzo de 2011

Ella desea ser alguien especial.

Ella, para tener unos labios atrayentes, pronuncia palabras afectuosas. Ella, para tener una mirada cariñosa, busca el lado bueno de las personas. Ella, para estar delgada, comparte su comida. Ella, para tener el pelo precioso, deja que él lo acaricie todos los días.
Pero ella está sola, y si alguna vez necesita una mano la encuentra al final de sus brazos. No necesita envejecer para descubrir que tiene dos: una para ella misma y otra para los demás. Sabe que la belleza de una mujer aumenta con el paso del tiempo y que no radica en la estética. La verdadera belleza de ella es el reflejo de su alma.
Ella desea todos los días poder fundir su alma y entrelazarla con él. Para así hacer que descubra cuál es su verdadera belleza.

Why?

¿Por qué no seré una de esas personas tan interesantes que siempre tienen algo que decir?
Quisiera no ser tan retorcida y sentirme viva, como si nunca desperdiciara un día, ir a dar largos paseos y tener largas conversaciones contigo.
Sigo teniendo los mismos defectos que he tenido durante años. Solo quiero leer para superar mis miedos. Me miro a mí misma, está todo tan claro, todo lo que necesito es cambiar. 
¿Por qué está mi teléfono lleno de tantos números y por qué nadie me llama?
Quizás piensen que estoy ocupada, o quizás es que no tengo amigos.
¿Por qué estoy horrorizada?
¿Por qué está mi teléfono lleno de tantos números y por qué tú nunca me llamas?

3 de marzo de 2011

Aprende a caminar bajo la lluvia.

Como siempre, él la observaba desde el fondo de la calle, aquella calle principal. El bullicio era enorme y, también, su mejor escondite. Ella parecía ignorar la presencia de unos ojos azules como el cielo. Día tras día, la rutina se volvió en un cruce de miradas, y el amor vacío y solitario.
Era un jueves, llovía. Él llevaba paraguas, ella no. Mojada caminaba, su rizado pelo chorreaba por su rostro y sus labios morados tiritaban. No fue solo un impulso afectivo, sintió la necesidad de protegerla. Y allí estaba ella ahora, bajo su mismo paraguas.
-¿Te tapo?
-Muchas gracias.
Y sus primeras palabras fueron:
-¿Cómo te llamas?
-Tan solo llámame...  sin elle, por favor.



2 de marzo de 2011

Definitivamente...


¡Qué bonita es la libertad!

1 de marzo de 2011

Síndrome de Estocolmo.

Aquella sensación psíquica en la que la víctima de un secuestro, presa de sus sentimientos o retenida por los vaivenes emocionales de otra (cosa que la hacen dudar y llorar), desarrolla una relación de cariño y afecto con quién la ha secuestrado, persona que mantiene las continuas esperanzas, o con los sentimientos que la dañan.