10 de marzo de 2013

Tarde de amor y café.

Ella agachaba la cabeza para volver a mirar su tacita de café. No sabía cuánto tiempo llevaba cabizbaja, meditando, anhelando volver a levantar la cabeza y mirar a los ojos a sus noches en vela. Como si en el fondo de su taza fuera a encontrar las respuestas,como si fuera a encontrar las fuerzas para pronunciar esas palabras que habían quedado atrapadas en el borde de su garganta, queriendo salir.
Pensaba en las terribles similitudes de ese café que bailaba en su taza con él, en su inicio amargo y su final dulce, su bajada caliente por la garganta hasta terminar en un cosquilleo en el estómago. Y cuanto más lo pensaba, más le gustaba el café, más le gustaba él.
Cada vuelta al café era una vuelta a la situación. "No más vueltas, por favor" pensó, y con las manos temblorosas comenzó bebiendo su taza de café para terminar bebiéndolo a él. 

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