Cuando nos transformamos, no dejamos de hacerlo nunca. No completamente, pero nos adaptamos más o menos a nuestra nueva forma o a nuestros nuevos sentimientos. Lo más difícil en este proceso natural es dejarse llevar y permitir que ocurra. Hay un momento y un lugar para cada cosa. Un momento en la vida para ser alguien, y luego una vez pasado, una oportunidad para transformarse en alguien más. Y, si tenemos suerte, hay también un momento para amar a una persona y, como es de esperar en todo momento, transformarse en una persona amada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario