23 de diciembre de 2010

PANDORA

No volverá ¿verdad?
-¡Oh! por supuesto que sí, te lo aseguro.
-¿Cómo puedes seguir manteniendo la esperanza, mamá?
-Hijo mío, volverá. Déjame que te cuente una historia...

Cuenta la leyenda que hace muchos muchos años los humanos vivíamos felices, sin ningún tipo de sentimiento negativo. Engañado por Zeus, Prometeo llevó a los humanos el don del fuego y el saber usarlo.
Viendo todo esto los Dioses del Olimpo se enfadaron muchísimo, pues veían en los humanos la capacidad de llegar a su reino. Y sometieron a Prometeo a torturas incesantes, donde, atado a un peñasco, todos los días llegaría un buitre y arrancaría sus entrañas, que volverían a renacer al siguiente día.

-¿Y qué tiene que ver todo esto? Yo solo quiero que me digas si papá va a volver.
-Déjame terminar. Como te iba diciendo...

No conformes con esto Zeus ideó un plan. Su hija, Nefesto, modeló a una muchacha con una mezcla de arcilla y agua. Atenea le infundió el soplo de la vida y la instruyó en las artes femeninas de la costura y la cocina. Hermes, el dios alado, le enseñó la astucia y el engaño, y Afrodita le mostró como conseguir que todos los hombres la desearan. Otras diosas la vistieron de plata y le ciñeron la cabeza con una guirnalda de flores, para  luego llevarla a la presencia de Zeus.

-Y ¿qué pretendía con todo esto?
-¿No lo ves? Pretendía inculcarnos todo lo que tú sientes ahora mismo, entre ellos la desesperación.
-Ya veo, continua.
-Sí, ¿por dónde iba? ¡Ah! que...

Este Dios felicitó a todos, regaló a la muchacha una cajita, la cual no podía abrir por nada del mundo y mandó a Pandora a casarse con Epimeteo, hermano de Prometeo.
Epimeteo, al que le faltaba la prudencia y astucia de su hermano, aceptó casarse con Pandora a pesar del misterio de la caja.
Vivieron felices durante mucho tiempo, hasta que la joven comenzó a cuestionarse el contenido de la caja, y se preguntaba noche y día si por lo menos podría ver el interior.

-¿A dónde quieres llegar?
-Al final
-¿Cuál es el final?
-El final, hijo mío, es que tú seas feliz, que sepas ver la parte buena de la vida y que no te derrumbes, por nada.
-Eso es imposible, todo va mal.
-Te iba diciendo que...

Una noche, mientras Epimeteo dormía, abrió la caja. Rápidos como el viento salieron todos los males que desde entonces nos afligen: el cansancio, la pobreza, la vejez, la enfermedad, los celos, el vicio, las pasiones, la suspicacia... Desesperada, Pandora intentó cerrar la cajita, pero ya era demasiado tarde. La venganza de Zeus se había realizado: la raza humana no podía ser tan noble como había querido Prometeo. La vida sería una lucha constante contra dificultades de todo género. Había pocas probabilidades de que el hombre pudiera aspirar al trono de Zeus.

-Si Pandora nunca hubiera abierto esa caja todos seríamos felices ahora.
-No, si Pandora nunca hubiera abierto esa caja todos seríamos infelices ahora, pues ¿de qué sirve el amor si lo tenemos constantemente y no sabemos lo que es perderlo? Si estuviéramos rodeado de buenos sentimientos no sabríamos apreciarlos si no hubiéramos vividos antes los malos.
-¿Cómo perder a papá?
-O como la alegría de recuperarlo...

Pero el triunfo de los Dioses no fue completo, Pandora consiguió cerrar la caja a tiempo, quedándose en el interior el sentimiento con el que el mundo ha encontrado la manera de vivir, y al que nos aferramos constantemente, era la razón por la cual seguir viviendo: la esperanza.

-La esperanza...
-Duerme hijo, mañana será otro día- besó a su hijo en la frente y se fue.
Y mientras se alejaba apretó con fuerza la foto de su marido deseando con todas sus fuerzas que volviera, y que lo hiciera pronto. Sin saber que varios kilómetros de su casa se encontraba un hombre, bajo la lluvia y granizo, que volvía a su hogar tras la gran batalla de vivir. Todo sin perder LA ESPERANZA.


2 comentarios:

  1. No me preguntes por qué, te juro que no lo sé, pues esta entrada no ha sido de las que me haya llamado especialmente la atención, además, ya conocía la historia, pero...
    Cuando he terminado de leer, un escalofrió me ha recorrido la espalda...

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  2. Muchas gracias, Jesús =)
    Y ya sé que esta entrada no tiene nada de genial, quizás es porque la hice por un motivo especial.
    Besos.

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