Daniela era rebelde, no acataba órdenes y se dejaba guiar por el instinto. Durante sus dieciséis años habían pasado más de doce institutrices, ninguna capaz de que obedeciese.
Daniela no atendía a razones, era libre, una fiera, un fruto silvestre.
Así que cuando llegó el momento de tomar decisiones, Daniela no hizo caso al corazón.
Esta entrada es genial. Aunque si habla de lo que creo, tambien es algo triste. Un beso. Buen blog.
ResponderEliminarwww.agujerosenlamemoria.blogspot.com
Muchas gracias, me pasaré por tu blog.
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